HISTORIA DE LA PSICOLOGIA

miércoles, 20 de marzo de 2013

Historia de los estudios psicologicos.

 

Desde tiempos antiguos las necesidades de la vida social obligaron al hombre a diferenciar y a tomar en cuenta en su modo de proceder las particularidades del contenido psíquico de las personas que lo rodeaban. Inicialmente estas particularidades se explicaron como la acción del alma (ya que el término “psiquis” proviene del griego “Psyche” que quiere decir “alma”, esto es una noción que poseían antes sobre psicología).


Con el desarrollo de la producción y de la cultura la noción de que en las cosas que nos rodean moran espíritus sobre naturales (esta noción se denomina animismo y viene de la palabra latina anima que quiere decir alma), es un retroceso ante la teoría, que plantea que el alma es parte de la naturaleza y se somete a sus leyes inmutables. Esta teoría la desarrollaron en la antigua Grecia pensadores materialistas como Heráclito (siglo VI a.n.e.) y Demócrito (siglo V a.n.e).

Ellos consideraron que el alma por su naturaleza era, “corteza ardiente” (Heráclito) o un “átomo de fuego” (Demócrito), que existe y cambia por la mismas causas naturales que le son propias al universo en su conjunto. Por lo tanto, la vida psíquica estaba incluida en las leyes generales de los procesos naturales. La noción materialista. De la psiquis obtuvo sus primeros éxitos con el conocimiento de la formación y las funciones del cuerpo vivo. En el siglo VI antes de nuestra era Alcmeón, antiguo medico griego, partiendo de las experimentos anatómicos y médicos, descubre que el órgano de la psiquis es el cerebro. Este descubrimiento no es aceptado por todos y muchos siglos después de Alcmeón algunos científicos, entre ellos el gran Aristóteles sostienen que el órgano principal de la psiquis es el corazón. Hipócrates, padre de la medicina, que vivió en el siglo V antes de nuestra era, planteo la teoría sobre los temperamentos, que jugaron un papel muy importante en la explicación científica de las diferencias individuales entre las personas.  Las diferencias son producto de la mezcla de cuatro elementos (“sustancias”), que forman, como se suponía en ese entonces, el cuerpo humano. La preponderancia de uno de los elementos en esta mezcla, crea el temperamento correspondiente.

Asi los primeros logros de importancia en el camino dela comprensión científica de la actividad psíquica están inseparablemente ligados con la afirmación sobre su sometimiento a las leyes del mundo físico, y con el descubrimientos de la dependencia de sus manifestaciones a la conformación anátomo-fisiológica del organismo. Al mismo tiempo con ayuda de los datos que disponían en ese entonces los representantes del materialismo no fueron posibles explicar de dónde sale el pensamiento lógico abstracto que es propio del hombre, como se forman las cualidades morales de la personalidad, como se determina la capacidad que tiene el hombre de elegir y someter a su voluntad el cuerpo, etc
Resulto imposible deducir estos signos de conducta humanas del movimiento de los átomos o de la estructura visible del cerebro. Esto creo las premisas para el desarrollo de los criterios idealistas sobre la psiquis, que fueron planteados por filósofos que representaban los intereses de las fuerzas reaccionarias de la sociedad esclavista. Entre ellos se destaca Platón (siglo V antes de nuestra era) que proclamo que el alma era inmaterial e inmortal. Platón introdujo la tesis sobre las partes del alma, separándolas así: a) razón, b) valor, c) sensualidad y las situó en diferentes partes del cuerpo; cabeza, pecho y cavidad abdominal. Las partes del alma son distribuidas desigualmente en las personas, y la que una predomine sobre la otras determinan la pertenencia de un individuo. A uno u otro grupo social. Así, los simples trabajadores se diferencian por que predomina en ellos inferior del alma, ósea la sensualidad, y su destino secular es servir a los aristocratas-filosóficos en quienes predomina la parte racional del alma. Aquí aparece claramente el  intríngulis clasista de las concepciones de Platón. Gran influencias tubo su teoría acerca de las “ideas”, como esencias eternas e inmutables que se forman en el mundo invisible y superior y que se encuentran al otro lado de la naturaleza. La parte superior del alma es participe de este mundo desde antes de alojarse en el cuerpo mortal. Llegando al cuerpo ella comienza a recordar lo visto antes del nacimiento y cuanto más claramente recuerde tanto más verdadero es el conocimiento que se le abre a ella.

Platón es el padre del dualismo en la psicología, es decir, la doctrina que enfoca lo material y lo espiritual, el cuerpo y la psiquis como dos principios independientes y antagónicos. Dualismo del Platón fue superado exitosamente y en grado considerable, por su discípulo Aristóteles (siglo IV a.n.e.), quien hizo retornar el pensamiento psicológico al campo de la biología y de la medicina. El trabajo de Aristóteles “el alma” testimonia que la psicología ya en ese entonces se había separado como una rama particular del conocimiento. Sus avances estuvieron determinados por la observación, la descripción y el análisis de expresiones concretas vitales tanto de los animales como el del hombre. Aristóteles defendió un método experimental y objetivo para estudiar la actividad espiritual. En la época de las campañas de Alejandro Magno, ante el naturalista comienza a revelarse la diversidad antes nunca vista del mundo animal y su correlación con las diversas condiciones de la naturaleza. Esto sentó las premisas para el estudio de Aristóteles sobre el alma. Antes de Aristóteles, tanto los materialistas, que consideraron el alma como una variedad de la materia, como los idealistas que la vieron como una esencia inmaterial, supusieron que el alma y el cuerpo pueden existir separadamente Aristóteles por primera vez en la historia del pensamiento humano, planto la idea de la individualidad del alma y el cuerpo vivo. El alma no puede dividirse en partes pero se manifiesta en diferentes capacidades para la actividad alimenticia, sensorial, motriz y racional. La primera propiedad es específica para la plantas, la segunda y la tercera pertenecen a los animales y la cuarta al hombre. La teoría sobre el alma vegetal, animal y racional introdujo el principio del desarrollo; las capacidades superiores surgen de las inferiores y sobre la base ellas, en el hombre están presentes los niveles precedentes de desarrollo de la vida y de la psiquis. La primera faculta cognoscitiva es la sensación que adquiere las formas de los objetos percibidos sin su materia. 

Las sensaciones dejan huella en forma de representaciones, Aristóteles descubrió que existe una esfera de las representaciones como imágenes de esos objetos que antes actuaron sobre los órganos de los sentidos. El descubrió también que estas imágenes se relacionan de acuerdo con tres direcciones: por analogía, por asociación y por contraste. De la misma manera fueron señaladas las formas fundamentales de las asociaciones (lazos) que tienen los fenómenos psíquicos. Partiendo de que las posibilidades recibidas de la naturaleza, el organismo las realiza mediante su propia actividad, Aristóteles planteo la teoría sobre la formación del carácter en la actividad real. El hombre se vuelve justo y moderado como producto de la repetición frecuente de actos justos y moderados.
Las teorías de Heráclito, Demócrito, Platón y Aristóteles se convirtieron en el punto de partida fundamental para el estudio de las ideas psicológicas en las épocas posteriores. Poco a poco la noción de alma empezó a utilizarse no para todas las manifestaciones de la vida (incluyendo los procesos puramente biológicos y vegetativos), sino solo para las que se encuentran al nivel que actualmente llamamos psíquico. Dentro de la misma categoría de psíquico se engendra la noción de conciencia. El hombre tiene la capacidad de tener no solamente percepciones e ideas, sino también de captar que estas le pertenecen, no solo de realizar acciones arbitrarias, sino de saber que parten de él.

En un tiempo, bajo la influencia del progreso en las investigaciones experimentales sobre la estructura y las funciones del organismo, como también influidos por las necesidades sociales, se presentaron divisiones sobre la nación única de alma. En el siglo II a,n.e. Herófilo y Erasístrato, médicos de Alejandría descubrieron los nervios, diferenciándolos de los ligamentos y de los tendones. Ellos estudiaron sistemáticamente la dependencia que tienen las funciones psíquicas (sensaciones y movimientos) de las irritaciones y de los cortes del cerebro y esclarecieron que no es el cuerpo en su totalidad, sino determinados órganos del cuerpo, como los nervios y el cerebro, los que están inseparablemente unidos a la psiquis.

En los siglos II antes de nuestra era, Galeno, Medico romano después de generalizar los logros de la fisiología y de medicina, enriqueció las nociones sobre las bases fisiológicas que tiene la psiquis y se acercó a la idea de conciencia. Delimito las vivencias en las que participan la atención, la memoria, la reflexión y las emociones. Que el hombre experimenta, por ejemplo, en el estado de sueño. Tanto estas como otras se regulan por el espíritu, pero en el primer caso participan momentos complementarios. Una vez surgida la noción de conciencia, fue utilizada por la filosofía idealista, que en épocas, cuando la revolución de los esclavos y guerras civiles conmovían el imperio Romano, floreció pomposamente en alianza con la religión y la mística. Primero Plótino en el siglo III de nuestra era y después Augusto en el siglo IV-V de nuestra era dieron a la noción de conciencia un matiz particularmente idealista. Se consideraba que todos los conocimientos estaban colocados en el alma, que tenía la capacidad de volverse sobre si, concibiendo con el máximo de veracidad su propia actividad y sus productos invisibles. Este conocimiento del alma sobre sí misma es una experiencia interna, fundamentalmente diferente de la concepción se denominó introspeccionismo (del latín introspectare que significa “mirar hacia dentro”).

La ideología religiosa dominante formo unas relaciones negativas con el mundo real y exigió que el hombre se quedara solo consigo mismo para dirigirse al altísimo. El conocimiento psicológico se debilito, se privó de las comunicaciones con la experiencia real, su desarrollo se detuvo, y solo pudo reanudarse en nuevas condiciones histórico-sociales que se formaron con el incremento de las fuerzas productivas y el surgimiento de nuevas relaciones sociales. Ya en las entrañas del feudalismo surgen teorías psicológicas progresistas; la conciencia se libera de la concepción feudal de la personalidad reafirmándose en la lucha encarnizada con la concepción sobre el alma de la teología eclesiástica. La relación con esta concepción determinaba el carácter general de cualquier teoría. En esta época, cuando los estudiantes de cualquier universidad querían desde la primera conferencia valorar al profesor, le gritaban: “Háblenos sobre el alma”.

Las hogueras de la inquisición no pudieron exterminar la idea que se había liberado movidas por las nuevas fuerzas sociales. Estallaron las revoluciones burguesas primero en Holanda y después en Inglaterra. Las necesidades sociales produjeron un cambio en el propio modo de pensar y se convierte en principio fundamental el estudio experimental y la explicación mecanicista de la naturaleza, incluyendo la actividad vital del hombre.

El siglo XVII abre una nueva época para el desarrollo de los conocimientos biológicos y psicológicos. El viraje fundamental se opera en las concepciones que se tenían tanto del cuerpo como del alma. El cuerpo se presentaba como si fuera una maquina construida a base de los mismos principios que tienen las construcciones técnicas y así como estas no necesitaban ninguna regulación de parte del alma. Con esta idea está estrechamente vinculado el descubrimiento de descartes sobre la naturaleza refleja de la conducta. Este gran pensador francés supuso, que así como el trabajo de los músculos del corazón se rige por un mecanismo interno de la circulación de la sangre, todos los otros músculos trabajan a todos los niveles de la conducta de  manera semejante a la traslación que tienen las flechas del reloj.

Así surgió la noción sobre le reflejo como una respuesta normal del organismo ante un influjo externo. Descartes demostró que el musculo estaba en capacidad de reaccionar ante el estímulo externo sin ninguna intervención del espíritu, en razón de la propia estructura que tiene el sistema nervioso. En efecto, no relacionamos con el alma el movimiento del mecanismo del reloj o del rayo  luminoso que se refleja de la superficie. Los  animales son también una especie de mecanismo y los procesos en los nervios se reflejan del cerebro a los músculos del mismo modo que se refleja el rayo de luz (del termino latino “reflexio” que significa reflejo).

Esta concepción de Descartes produjo una verdadera revolución en el enfoque para estudiar los fenómenos psíquicos y se convirtió en la brújula para el conocimiento objetivo de la actividad nerviosa muscular. Partiendo de la actividad de su “maquina nerviosa” Descartes intento excluir la mayor cantidad posible de fenómenos psíquicos que hasta ese entonces se consideraban propios del alama. El explico cómo podían surgir las sensaciones, las asociaciones y las pasiones, sin embargo, no pudo extender su esquema de reflejo a toda la actividad psíquica. En su teoría, el alma aparecía en igualdad de condiciones que los reflejos, independiente del cuerpo, como una esencia especia.

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